Buenísimo el momento de publicación de manga y cómics que tenemos actualmente. Gracias a las grandes editoriales estamos viendo, viviendo en papel, historias geniales a las que volver cada poco.
«No basta con tenerlo, basta con ser los mejores», podría ser perfectamente un eslogan para lo que disponemos, y cuando digo “disponemos” me estoy refiriendo a un evento referente en el mundo como es nuestro Salón del Manga de Barcelona. Lugar y centro de novedades donde descubrir grandes títulos en español para disfrute del aficionado. Pero también gloria bendita para el mangaka ansioso de nuevas historias de terror, acción, ciencia ficción, romántica y originalidades como sólo dentro del mundo del manga puede haber.
Hago referencia al Salón porque estamos en “esa época” maravillosa. Encontrar nuevos títulos, novedades esperadas con ansia desde hace años, obras actuales que arrasan en medio mundo; se hacen posible de la noche a la mañana por tal evento. Planeta Cómic es de las editoriales implicadas. Fijarse en sus novedades si no. Hasta ahora, 5 centímetros por segundo era una obra de las más esperadas.
Así como otras muchas, una producción audiovisual inspirada por el manga. Aunque las tramas entre ambos difieren un poco. El manga, la esencia, esta que os reseño, es mucho más compleja y completa. Lugar eterno donde poder profundizar sin limites en la condición de una historia sin miramientos. Un manga que se ha dado en separar en tres partes, aunque Planeta Cómic ha tenido la genial idea de recopilarlo todo en un tomito ideal para su completa lectura.
Desde la infancia, Takaki es un buen amigo de Akari. Ambos están interesados en las Ciencias, especialmente Takaki, que maneja cierta obsesión con los transbordadores espaciales, o al menos con el mundo que se alza sobre sus cabezas. Akari aparece un día con una mala noticia: debe mudarse a otro distrito, lo que pone en riesgo la buena amistad entre ambos.
Inician así el contacto por medio de cartas, y un buen día, puede que un año después, o al menos cuando ambos tenían trece años, deciden volver a verse. Después 
de un viaje complicado padecido por el pobre Takaki, logran el reencuentro. Comen juntos y caminan entre la nieve, llegando a un árbol de flor de cerezo, allí, se dan un beso muy simbólico y se desata la pasión en un dulce momento que se presenta eterno para ambos. Un punto de referencia para una lucha contra la distancia, donde se proclama el amor eterno, una escena tierna donde todo finaliza en amanecer juntos en una casona. Donde por la mañana, Takaki parte de regreso a su hogar.
Hasta aquí el comienzo de una historia que hará vibrar a débiles y fuertes de corazón. Un argumento que no pienso desvelar más porque esa sucesión de encuentros y desencuentros hay que vivirlos.
- Dicen que son cinco centímetros por segundo.
– ¿Cómo?
– La velocidad a la que caen los pétalos del árbol de cerezo… son cinco centímetros por segundo.
Amores inesperados llegan a sus vidas, fin de las cartas de dulce olor, un montón de inofensivas palabras vacías que no se quieren decir y que se lanzan al aire por despecho. Un muro que aparece de la nada para separarlos del todo. Una joven pareja al que el destino unió antes de nacer, un casamiento indeseado a espuertas, una canción incompleta en el aire…
Como se comenta, 5 centímetros por segundo viene de la velocidad a la cual los 
pétalos del cerezo caen del árbol. Los pétalos son una representación metafórica de los seres humanos, evocadora de la lentitud de la vida y de cómo la gente, que comienza a menudo junta a otra, lentamente se va separando y toma caminos diferentes.
Hoy sufro las consecuencias de haber leído una de las mejores historias de amor jamás escritas en mi opinión. Perdonadme, me encuentro con un ligero dolor de cabeza, una tos un poco más fuerte que días atrás…, cuando vuelva a ser yo me lamentaré de mis actos irracionales. Pero nunca de haberme introducido en una historia tan bella como 5 centímetros por segundo.
